Esto es lo que pasa cuando una joven entra al Programa Oportunidades

Hay decisiones pequeñas que marcan caminos gigantes, la mía comenzó en un aula, cuando tenía apenas 15 años. Recuerdo ese día con claridad: la directora de Oportunidades Santa Ana llegó a hablarnos del Programa Oportunidades. Ella nos comentó que ese Programa podía cambiar nuestras vidas si estábamos dispuestos a comprometernos.

Así descubrí que mis sueños tenían alas… y el Programa Oportunidades me enseñó a volar

Soy Mayra Larín y hoy quiero contarte parte de mi historia personal que empezó en una escuela pública y me ha llevado a donde jamás imaginé, a estudiar en Estados Unidos, trabajar en la Embajada de El Salvador y hoy estar cursando una maestría en Dirección de Comunicación Corporativa, una nueva pasión que me emociona tanto como los primeros pasos que di con el Programa Oportunidades. Pero esta historia no va solo de logros, va de decisiones, de miedo, de esfuerzo, y, sobre todo, de sueños.

El Programa Oportunidades me enseñó a soñar en grande y a no rendirme

Hay una frase que me ha acompañado a lo largo de mi vida: “la educación lo puede todo”. Es una idea poderosa que me ha impulsado a soñar más grande y a luchar por metas que, en otro contexto, habrían parecido imposibles. Y si hay algo que marcó un antes y un después en mi vida, fue haber entrado al Programa Oportunidades.

De los desvelos en el Programa Oportunidades al éxito: cómo dar un paso lo cambió todo

Soy David Peñate, profesional en Comunicaciones Integradas de Marketing y emprendedor. Actualmente cuento con más de tres años de experiencia en Marketing y Estrategias Comerciales, lo que me ha permitido colaborar con marcas reconocidas a nivel nacional y regional. He planificado y ejecutado campañas publicitarias exitosas y he participado en procesos de innovación para marcas como Publimóvil LATAM, Cubo App y Subway El Salvador.

El Programa Oportunidades me brindó la beca que cambió mi vida para siempre

Mi nombre es Fátima, y hoy les contaré un poco de mi historia. La forma en que me enteré del Programa Oportunidades es muy curiosa y particular. Soy de Chalatenango y siempre he vivido allí, pero cuando estaba en octavo grado, mi primo, quien había participado en el Programa, me envió un documento en PDF con los requisitos para aplicar, sin explicarme de qué se trataba o en qué consistía. Sin pensarlo demasiado, apliqué y entregué la documentación en San Salvador, aunque eso significaba mudarme a la capital y dejar a mis amigos y a mi mamá en mi pueblito, pero incluso con miedo, decidí intentarlo y fui seleccionada.