Hay una frase que me ha acompañado a lo largo de mi vida: “la educación lo puede todo”. Es una idea poderosa que me ha impulsado a soñar más grande y a luchar por metas que, en otro contexto, habrían parecido imposibles. Y si hay algo que marcó un antes y un después en mi vida, fue haber entrado al Oportunidades Program. 

Me llamo Luis Servando y actualmente estudio Ingeniería en Mecatrónica en el Tecnológico de Monterrey, México. Pero antes de llegar hasta aquí, existieron muchas dificultades que me retaron a ser perseverante. 

Me enteré del Programa Oportunidades en el año 2018, cuando el director de la sede Santa Ana visitó la institución donde estudiaba. Recuerdo que en ese momento no solo vi una oportunidad académica, vi una oportunidad para ir más allá de lo que mi entorno me ofrecía. Mi mamá fue clave en esa decisión, tanto ella como mi papá siempre han creído en mí y en que podía dar más, y fue su empuje el que me motivó a intentarlo. 

Entré al Programa Oportunidades con la expectativa de retarme, de no conformarme solo con estudiar en el colegio. Quería explorar más, crecer y aprender. Lo que no sabía era que ese paso iba a redefinir completamente mi vida. 

El camino no fue fácil. En la Fase 1, es difícil lidear con la doble carga académica, además que, yo me gradué en el año 2020, es decir que mi último año lo tuve que estudiar adaptándome a la virtualidad, lo cual aún era algo nuevo y diferente para todos. Pero si algo me enseñó el Programa Oportunidades, fue a ver más allá de los límites y dificultades y creer que sí era posible. 

En la Fase 2, viví en Santa Tecla y estudié lejos de mi familia. Fue duro adaptarme, pero también fue una experiencia que me preparó para la independencia que requeriría mi siguiente etapa. 

Ingresar al Tecnológico de Monterrey fue un sueño hecho realidad. Aunque logré la beca por mis propios medios, estoy convencido de que no lo habría conseguido sin todo lo que aprendí en el Programa Oportunidades. Desde lo académico hasta lo emocional, el Programa Oportunidades fue mi plataforma y fueron quienes me ayudaron a ese cambio de mentalidad de saber que por más “NO” que recibamos en el camino, siempre nos estamos preparando para un “SÍ” mayor. 

Más allá de las habilidades técnicas, lo más valioso que me dejó el Programa Oportunidades fue el deseo de convertirme en un agente de cambio. Entendí que no se trata solo de salir adelante por uno mismo, sino de usar lo que uno aprende para impactar en la comunidad y en el país. 

Si tú estás pensando en aplicar al Programa Oportunidades sé que da miedo. Que muchas veces pensamos “¿y si no puedo?”. Pero como dice una frase que me gusta mucho: “Tanto si crees que puedes hacerlo, como si crees que no puedes hacerlo, en ambos casos tienes razón.” 

Atrévete, no tienes nada que perder, pero sí muchísimo por ganar. No necesitas seguir mi camino exactamente, solo deja que te inspire. Porque El Salvador necesita más personas decididas a cambiar realidades, y tú puedes ser una de ellas.